Etiquetado: terrorismo

Yo no voy a dibujar a Mahoma

No. No voy a dibujar a Mahoma.

Dibujaré a los asesinos y a los fanáticos. Me reiré de sus balas, de las 72 vírgenes que esperan encontrar despatarradas en el paraíso, de la Edad Media en la que viven y de su propia Inquisición. Me sobran chistes, sarcasmo e ironía para atacar su ignorancia y su limitado sentido de la existencia.

No dibujaré a Mahoma porque no tengo un chiste para él.

Y los hay que quieren reacciones desde lo más profundo de las entrañas. «Dibújalo si tienes valor». Dibujar al profeta porque es lo que duele, porque les jode. Pero lo que ocurrió ayer en la redacción de Charlie Hebdo va mucho más allá de una caricatura y de su consecuente y absurda ofensa. Va de fanatismo, va de violencia, de intolerancia. De un virus que busca excusas para extenderse poco a poco dejando un rastro de casquillos a su paso. Lo que un día fue una caricatura, otro puede ser cualquier argumento sin sentido para vaciar el cargador.

Como modesto viñetista me niego a dibujar a Mahoma porque sí, sin un buen argumento a mi favor. Porque lo que quiero ahora es desgastar el grafito contra esos hijos de puta, enfermos radicales mal nacidos. No voy a poner mis huevos sobre la mesa para demostrar que los tengo lo suficientemente grandes como para hacerle una caricatura al profeta, porque a ninguna parte va dibujar un mojón con turbante mientras no tenga un buen chiste donde sea fundamental que aparezca. Y Charlie Hebdo los tenía. Y tanto que los tenía. Pero no ha sido Mahoma quien ha dado este duro golpe.

Todo lo que hoy se me ocurre no va contra Mahoma. Va contra la necedad. La locura. La ignorancia. El salvajismo. La sangre.

Así que no pidáis su caricatura como arma arrojadiza. No pidáis el insulto fácil. No vomitéis las vísceras, sin más. Pedid humor. Sátira. Sarcasmo. Inteligencia. Talento. Oficio. Arte.

Pedidnos que os hagamos reir.

jesuischarlie

El bibliotecario de Al Qaeda

Bueno, bueno, bueno… Valencia cumpliendo esos objetivos de convertirse en una super ciudad referencia. La alcaldesa ya no cabe en sí (esto no es un chiste sobre su corpulencia) ¡Ya tenemos hasta terroristas islámicos de primer orden! Eso sí, el bibliotecario… tampoco vamos a ponernos exigentes que el ingeniero está escondido en ciudades más importantes que organizan Olimpiadas.

La Guardia Civil no lo tuvo fácil para detenerle. No solo echó mano, aprovechando su condición de bibliotecario, del recurso ya conocido  por las fuerzas de seguridad como «Técnica Lluís Vives», que consiste en coger un libro para evitar que carguen contra ti, sino que también tardaron un buen rato para poder entrar en la casa del terrorista sin el carnet de socio de la biblioteca yihadista.

En fin, he aquí la noticia. [Pues eso, aquí]