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«Al caloret de las Fallas». El mejor eslógan turístico de Valencia.
Los valencianos tenemos una forma de llamar a esos días de invierno en los que a mediodía hace un sol que te torras. Solemos decir que hace «día de Fallas» cuando, a pesar de estar en la estación más fría del año, podemos acabar almorzando en cualquier terraza del centro en manga corta. No importa que todavía no estemos en los días festivos de Valencia, ni siquiera en marzo… Si hace sol, calor, pero no toca, entonces hace «día de Fallas». Pero, ¿qué es lo que convierte un día cualquiera en un «día de Fallas»? ¿El solecito? ¿El clima? ¿El calor?. No exactamente. Hace unos días la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ideó la palabra clave que define a la perfección el elemento base de cualquier «día de Fallas»: EL CALORET.
Inconscientemente, durante años andábamos buscando una palabra que definiera ese calor «que no viene a cuento», ese factor que convierte los días en «días de Fallas», ese «que a gusto se está en Valencia», ese calor que no te ahoga como en verano. Y Rita ha dado en el clavo. Aquí lo tenéis, valencianas y valencianos (valensianas y valensianos), para todos vosotros, para «tot lo món», El CALORET.
Lo presentó como se presentan las grandes campañas de publicidad. A lo Steve Jobs. Durante el día de la Cridà (el evento que inicia oficialmente la temporada fallera), ante cientos de personas, en pleno centro de la ciudad y con varios focos alumbrándola. Breve, concisa, impecable. Repitió el nuevo concepto tantas veces como era necesario. AL CALORET DE L’HIVERN. AL CALORET DEL VERANO. AL CALORET DE LES FALLES.
Bien, su dominio de la lengua valenciana no estuvo a la altura de una alcaldesa, por supuesto. La Escola Valenciana ya ha ofrecido su ayuda a Rita para preparar sus discursos y que no vuelva a tener un desliz de este calibre. Las críticas no tardaron en hacerse públicas a través de las redes sociales y la alcaldesa acabó pidiendo disculpas porque, por lo visto, «se quedó en blanco» (y en botella).
Muchos comentan que sus errores y el ridículo discurso se debió a su evidente embriaguez, y no seré yo el que lo confirme y se meta en un lío. Pero, pasados unos pocos días, tras las críticas, la vergüenza y los abucheos, lo que queda es EL MEJOR PUTO ESLÓGAN TURÍSTICO DE TODA LA HISTORIA DE VALENCIA.
«AL CALORET DE LAS FALLAS»
Tres días seguidos coronando la lista de Trending Topic en Twitter. Apariciones en todos los medios de comunicación. ¡TAZAS Y CAMISETAS EN LAS TIENDAS DE SOUVENIRS! Cánticos populares valencianos adaptados, «La manta al coll i al caloreeeeet». Lo que Rita involuntariamente consiguió fue crear un lema que probablemente perdurará durante varios años y que define el incomparable escenario que envuelve a la fiesta fallera.
Lo hizo pasándose literalmente por el forro la lengua oficial de su ciudad, pero ¿realmente eso le importa a los turistas? ¿Se escandalizan en Madrid porque la alcaldesa de Valencia no sepa valenciano? ¿Compensa el impacto mediático este ridículo? A los valencianos sí nos duele, claro. Nos da vergüenza, y no ajena (bueno, no a todos). Pero ¿qué más da? ¿Acaso esto es lo más grave que hemos visto hacer a nuestra alcaldesa? La defensa es fácil: ¡AL MENOS HA CREADO UN ESLÓGAN! ¡SE HA SACRIFICADO POR EL BIEN DEL TURISMO DE LA CIUDAD! ¡VIVA RITA!
Así es queridos lectores. Muy probablemente, dentro de un par de décadas, CALORET acabe incluido en la Academia Valenciana de la Llengua para definir ese «calor inesperado de Valencia característico de la temporada fallera».
Jodéos publicistas, Rita lo ha conseguido antes que vosotros.