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Ana Mato se pasa al naturismo
Pues sí, ya lo sabéis, no hace falta que os lo cuente yo. El Gobierno ha retirado de la financiación pública hasta 456 medicamentos comunes, y, además, para más coña, la Ministra de Sanidad, Ana Mato, recomienda el uso de remedios naturalistas, al estilo «botica de la abuela» para sustituir el consumo de algunas medicinas. Y digo yo… ¿eso quiere decir que hasta ahora nos han estado colando medicamentos inútiles?
En cualquier caso, señora Ministra de Sanidad, ahí tiene un remedio casero, naturalista y, por lo visto, efectivo, contra las arrugas de su cara. Un regalo. De nada. Un beso. Cuando se lave. Adiós.
Copago sanitario también en ambulancias
Copago en ambulancias no urgentes, en prótesis, en dietéticos… La sanidad está próxima a convertirse en un privilegio más que en un derecho fundamental, cerca de provocar el bucle definitivo del copago sanitario: Que te cueste un riñón el trasplante de un riñón.
Guarden todos los objetos punzantes del hogar en un lugar seguro. No enciendan fuego ni practiquen posturas sexuales demasiado arriesgadas. Mantengan la calma.
Y para terminar, recordemos ¡EL SHOW DE ANA MATO!
«Allí estarían las prestaciones farmacéuticas, las deotoperauti…terapiuticas… me he equivocao en la la el nombre…»
Violencia en el entorno familiar
Hace unas semanas, la nueva Ministra de Sanidad, Ana Mato, acuñó una nueva definición a la, comúnmente conocida violencia de género. La llamó «violencia en el entorno familiar«, provocando un enorme aluvión de críticas por parte de diferente sectores.
El concepto «violencia de género» viene amparado por la convención de la ONU sobre la mujer celebrada en Pekín en 1995, pero no es un término del gusto de todos, ya que para muchos las personas no tienen género, sino sexo… y el único género aceptable en estos casos sería el de las películas de terror.
En fin, el caso es que Ana Mato tampoco es que haya dado en la diana con su «violencia en el entorno familiar», un concepto mucho más amplio que «violencia machista», este último, en cambio, demasiado excluyente… La duda reside cuando haga presencia algun acto de violencia en aquellas parejas que no tengan constituída, según los parámetros más conservadores, una familia. ¿Serán entonces víctimas de la «violencia en el entorno familiar» o directamente vivirán en pecado?