Ajuste de color
De normal Valencia huele a rancio. Ayer olía a podrido. A zombie. A muerto viviente. A bigote. A Varon Dandy.
Ayer olía a miedo.
Ayer quise aproximarme después de clase, junto a una compañera, a la zona caliente de la ciudad, el Institut Lluis Vives. Un centro de enseñanza sitiado por una veintena de furgones policiales, cordones de nacionales en cada calle y un helicóptero sobrevolando las manzanas. Solo faltaba el ejército, y ya puestos Godzilla para darle un poco de sentido a tanta presencia policial.
Quisimos acercarnos un poco al centro neurálgico de las protestas, y como por la calle principal no se nos permitía acceder, bordeamos por el interior del barrio hasta llegar a nuestro destino. Pero la cosa ya se había calmado. Los policías se acababan de dispersar y el tráfico recobraba la normalidad. Se terminó por hoy. Nos disponíamos a volver a nuestras casas cuando de pronto un adolescente salta a la carretera obligando a frenar a una furgoneta blanca. La gente le grita para que tenga cuidado… que no sea inconsciente… que el tráfico se para cuando el semáforo está en rojo.
Y así fue. Justo donde nos encontrábamos, un buen puñado de estudiantes del Instituto invadieron el paso de peatones esperando a que el semáforo se pusiera de nuevo en verde, y bloquear, otra vez, el tráfico. Y así protestar. Por el derecho a una educación en condiciones, y al menos con calefacción en clase. No se escuchó ni un solo claxon. Un taxista abandona su coche y se sienta en el capó recibiendo los vítores de los chavales. «El pueblo, unido, jamás será vencido».
Los alumnos amotinados gritaban «Que vienen, que vienen…», y mi compañera y yo nos dimos cuenta que no solo no habíamos llegado tarde, sino que estábamos en el meollo de la protesta, y que tocaba correr. Se acercaron con sus porras en alto esquivando los coches como en una película de terror, como zombies hambrientos recorriendo una carretera atiborrada de automóviles abandonados. El oído de un valenciano ya está acostumbrado al estruendoso sonido de una pequeña explosión. Son petardos, nada más. Pero pronto te das cuenta de que ni estamos en Fallas ni hay absolutamente nada que celebrar. Son disparos. Bolas de goma. ¿Qué coño está pasando?
Al final acabas en una asamblea improvisada por los estudiantes universitarios en la facultad de Historia de la Universitat de Valencia. Intentan organizarse. ¿Sabotear las Fallas para alcanzar mayor difusión? ¿Salir a protestar con un libro en la mano? Todo son ideas. Llama Europa Press para grabar la lectura del primer comunicado, donde se exigen responsabilidades políticas y policiales tras la desmedida actuación de las fuerzas de «seguridad».
Hablas con gente y te cuentan pequeñas escenas que han visto esa misma tarde. Impactan. Una chica, asustada, intentaba huir de una carga policial entrando en el portal abierto de una finca, hasta encontrarse con un vecino que la empuja hacia la calle mientras le grita «¡Esto es lo que querías!».
Valencia, la ciudad moderna que huele a rancio. La ciudad que gasta en grandes eventos, que invierte en faraónicos proyectos que jamás llegan a construirse, en caprichos… mientras su futuro se congela en las aulas.
Los chavales del Lluis Vives los tienen bien puestos. Será inconsciencia, rebeldía y la adrenalina adolescente, pero saben el motivo, saben por qué tienen que protestar. Estos chavales te ponen la piel de gallina, y ya era hora.
Sutil, muy sutil !!!
Esta vez además de votar comento… Genial viñeta (raro es la que no lo es), ganándose a pulso el respeto a las canas que pide…
Me gustaría entrar al trapo de la conversación paralela, pero no tengo el «cuerpo». (Lo has pillao’ Julián… el «cuerpo»)…. Me quedo con que una vez más, la sencillez roza la perfección. Con muy poco decir mucho… 10!
Hola Raul,
no voy a justificar la violencia en si pero sí que quiero romper una lanza a favor de los que denominamos maderos.
He de puntualizar que no pertenezco a ningún cuerpo ni ente, cercana a la policía pero si he decir que conozco a nacionales, guardias civiles, algún que otro mosso d’esquadra y hasta urbanos. He de reconocer que el entrar en un “cuerpo” hace que a estas personas se les suba el ego, no se si es por el poder que conlleva ese cargo, por la chulería que se pega por estar en ese trabajo o por lo que sea. Palabras de una novia (policía nacional también) “ A veces se pasa de gilipollas, cuando se ponen el uniforme parece que se pongan el traje de superman” Y lo tengo confirmado porqué conocí a un compañero suyo en la calle de paisano y me preocupé de como tío tan humilde y poca cosa podía ser nacional, hasta que día que fui a ver a mi colega cuando patrullaba, el tipejo ese no me reconoció y me trató con una chulería y prepotencia tal que me quedé flipando.
Dejando esa “puntualición” del ego de los nacionales y otros “cuerpos”. El conocerlos me lleva a conocer su punto de vista en y de éstas situaciones. Alguno me ha reconocido que muchos compañeros se pasan que reparten a diestro y siniestro y sin contemplaciones y me dicen: “es su trabajo. Están ahí para dispersar a la gente porqué así se lo han enseñado y así se lo han mandado.” También hay que tener en cuenta que no dejan de ser personas, que en muchas de éstas reyertas compañeros suyos han recibido una pedrada, alguno casi le clavan un punzón, otros han recibido palos porque han sido acorralados por “pacíficos manifestantes”, han sido insultados, vacilados etc. “Y oye, por mucho que te preparen al final te calientas”. Supongo que ellos piensan: “doy antes yo de que me den ellos”.
Una cosa que siempre me han dicho y que no justifico es: “si no quieres problemas no estás en el medio” Para mi se vulnera mi derecho de ir por dónde yo quiero pero he de reconocer que si juegas con fuego te puedes quemar y bien sabe todo el mundo que los antidistrubios trabajan de esa manera, si te pillan en medio no van hacer distinciones. Por lo tanto si ves que la manifestación se desmadra y los antidistrurbios avisan que van a cargar, pues lo mejor que puedes hacer, si no quieres recibir, es poner tierra de por medio y luego reclamar y actuar contra el responsable de ésta decisión, que normalmente es un político. Y lo quieras o no tu mejor arma es el voto y tus razonamientos para convencer a los que votan a ese político de que no merece su voto.
También has de tener en cuenta que como son un grupo a parte (los antidisturbios) se genera, no sé, una camadería, ideas, y forma de actuar conjunta y cuando uno reparte el compañero le ayuda y le justifica. ¿No hay médicos que tapan los errores médicos de sus compañeros? pues aquí igual. Eso no implica que el que se haya pasado tres pueblos no lo corrijan en la comisaría, eso pasa en todos los lados y en todos los sitios hay responsables.
Está pasando, que la situación económica que tenemos en España y a unos dirigentes políticos de un bando y de otro que trasiverjan la realidad con unos medios potentes que mueven grandes grupos de opinión de gente normal y corriente como nosotros, la crispación vaya en aumento y al primero que nos cargamos es al que nos da el porrazo. Que aunque nos guste o no, vuelvo a recordar lo que me dijeron: “está haciendo su trabajo y lo que le ordenan”.
Uy vaya rollo. Perdón por el tocho y el desorden.
más vale tarde que nunca
Escala de grises, MUY BUENO!.
@Willou: Hombre, tampoco es eso, que no es normal que en un colegio privado se te caigan las ventanas y tengas que pagarla si al abrirla se te cae. Yo también fui a un privado, y me acuerdo de cómo nos duchábamos con agua helada en pleno febrero después de la clase de educación física (se me ponían como canicas, oye), pero por suerte las cosas han cambiado, ya podemos bañarnos todos los días si queremos y con agua caliente (por lo menos en invierno), cosa que hace 30 años no se podía porque los cortes de luz y agua eran el pan nuestro de cada día. Las comodidades son un indicador del desarrollo, y si empiezan a faltar…
En cualquier caso, no creo que el hecho de que una clase no tenga calefacción es suficientemente relevante como para manifestarse, pero sí que lo es si se decide destinar los fondos públicos para construir un aeropuerto sin aviones, con la pista infradimensionada, o cosas parecidas que todos conocemos, en detrimento de la calefacción de un instituto, que no es más que la punta del iceberg de lo que suponen los recortes a la educación. Estoy de acuerdo contigo en que cortar el tráfico jode al que va en coche y no al causante real del daño (en este caso la Consellería) pero tengo entendido que la gente que se vio afectada por el corte de tráfico tampoco se sintió especialmente vilipendiada. Y lo que sí que tengo claro es que una sentada, por más desproporcionada en la magnitud que sea, si es pacífica, NUNCA debe ser disuelta con la violencia. Antes envías a alguien a dialogar y a buscar otras soluciones, o a explicarles que con algo así sólo van a salir en la portada del diario de mañana y poca cosa más (a no ser que te den de ostias, en cuyo caso llenas YouTube). Hay otras vías, y los antidisturbios deben estar para disolver disturbios, no para limpiar la calle de aquellos que resultan incómodos a los ojos de los dirigentes. Te dejo una frase de Montesquieu, que la dijo hace 300 años, pero bien se la podía haber guardado para ayer: «No hay mayor tiranía que aquella que es perpetrada bajo la protección de la ley y en nombre de la justicia», o lo que es lo mismo «La ley no es justa por ser ley, sino que debe ser ley porque es justa». Saludos
Gracias por recordarnos esas dos últimas frases. 🙂 Un saludo
Enhorabuena por el artículo. Has dicho las cosas como son, y se nota, y también se agradece.
La viñeta es sublime y lo que explicas todavía más. No me vale lo de conformarnos con las migajas mientras ellos van a cortarse el pelo o al puticlub con coches oficiales que pagamos nosotros. Si ni siquiera salimos a protestar es que nos hemos equivocado de época y deberíamos continuar en la edad media.
Para los comentarios negativos. La entrada es copiada de la fuente original.» autor: Willou
La viñeta es brillante. La carga policial lamentable, pero la actuación de los estudiantes es también reprochable. No pretendo dar una clase sobre valores perdidos, pero no recuerdo haber visto nunca en el colegio de pago al q fuimos calefacción en clase y no era para tanto, es más, las ventanas se caían con mirarlas prácticamente y recuerdo una ocasión en la que una alumna, en mitad de clase de filosofía abrió la ventana y se quedó con ella en la mano a punto de caer a la calle, y la respuesta del profesor, lejos de ayudarla fue: si se te rompe la ventana la pagas. Las comodidades no son derechos y en cualquier caso no tiene por qué pagarlo el resto de ciudadanos con cortes de tráfico. El lema de Si me joden a mi jodo a los demás no es nunca válido, en todo caso si me joden a mí jodo al q me jode ( y tampoco estoy a favor de eso). La tolerancia es un valor q todo el mundo pide, pero q nadie aporta.
Hola Raúl. Me gustan mucho tus viñetas, pero creo que esta en particular es una obra maestra. Humor, sátira e ingenio. Y mucha realidad. Te la deberían publicar en un diario de tirada nacional (que no gris). Lástima que tenga tanto de veraz.
Me alegro mucho de leer esto 🙂 Gracias