Una cosa es que los Rolling se pasen de viejos, pero esta marea de ídolos musicales de 14 años no acaba de convencerme.

 

Justin Bieber nació en 1994… ¡Joder, dos años después de las Olimpiadas de Barcelona! ¡Pero si eso fue el otro día! Y el tipo ya tiene más pasta que toda la que podría ganar toda mi estirpe en todas las vidas alternativas juntas. Pero no pasaría tampoco nada si fuera el único, y he ahí el problema, señora…

 

Cody Simpson tiene 14 años. Este australiano todavía no se ha comprado su primera revista porno y ya podría comprarse a la chica del poster central en propiedad. No os fiéis de la foto de su web, parece mayor. Intentan que seduzca también a las amigas de su madre.

 

Rebecca Black también tiene 14 años, y se hizo famosa en Youtube. Ha aparecido varias veces en la tele americana (les gustan estas cosas) y en julio sacó un videoclip que en tan solo dos días alcanzó 6 millones de visitas y acabó destronando el liderato de Justin Bieber en lo que a visitas youtuberas se refiere. En breve alguien le ofrecerá un tirito. Es cuestión de tiempo.

¿Amy Winhouse ha muerto? No pasa nada, saca un recambio, y cuanto más joven mejor, así nos dura más que últimamente nos aguantan poco. Dionne Bromfield, 15 años y promocionada por la propia Amy en sus redes sociales. Todo un ejemplo para la niña, seguro.

Austin Mahone. 15 años y de la América profunda, como su nombre indica. Todavía no es demasiado famoso, pero tiene una gorra, flequillo, aparato, guitarra y una cuenta en Youtube. Dale tiempo.

Faryl Smith. No solo las jóvenes estrellas viven del pop. Esta chica canta lírico y con tan solo 13 años sacó al mercado más copias de su disco que U2. Otra cosa es que los vendiera.

Estos son los nuevos ídolos musicales, oiga. Se lo cuento para que no se me asuste si encuentra a su hija/nieta con fotos de niños en la cartera en edad de tocarse la chufa por primera vez.

Pues en España, según el Código Penal, la edad de consentimiento sexual mínima es de 13 años…

Vale, muchas gracias por esa aportación. Es muy alentadora. Puede volver a sentarse en el banco del parque a mirar.

En fin, que si yo tengo que elegir a uno, no tengo ninguna duda. Mi ídolo, El niño bonito.

Adiós.