Carta a Josep Pedrerol

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Confesaré, antes de emitir cualquier juicio, que no soy un fiel seguidor de los programas «Jugones» o «El Chiringuito de Neox», pero en muchas ocasiones me he dejado arrastrar por el informativo que precede al primero de los programas mencionados o, incluso, he sido en repetidas ocasiones testigo de las acaloradas «tertulias» del Chiringuito a través de la pared que separa mi estudio del salón de mis vecinos.

Lo que sí soy, y mucho, es aficionado al  fútbol, como espectador. Abonado de un equipo de Primera División y admirador de aquellos partidos que dejan huella, independientemente de qué equipos se enfrenten. Entiendo que el objetivo de los programas que conduce es reunir a expertos amantes del fútbol para comentar los partidos desde un punto de vista profesional y compartir opiniones con el espectador, en muchos casos hasta en los dos sentidos gracias a las redes sociales. Vamos, tertulias deportivas como las de siempre.

Bueno, como las de siempre no.

Lo cierto es que visionando algunos de sus programas, y no importa cual de los dos a pesar de sus diferentes formatos, he contemplado que la pasión por el deporte se ha esfumado. Lo ha hecho en favor de algo distinto que no acierto a ponerle nombre, pero que no responde en ningún caso a aquello por lo que vale recordar cada partido. En mi caso siempre guardaré en mi memoria el momento que me empujó a seguir este deporte como aficionado. Bastó un gol de Nayim desde el centro del campo en el último minuto de la prórroga de una final de Recopa. Que no fue poca cosa, vaya. No soy aficionado del Zaragoza, pero cuando hablo de aquellos partidos que dejan huella, me refiero a estos inolvidables momentos que te enganchan al siguiente partido, y al otro, y al otro… Por aquel entonces yo tenía 12 años.
Hoy, a juzgar por los comentarios que escucho en sus programas, tengo la impresión de que prevalecen las huellas que dejan las heridas de unos afilados tacos, las palabras robadas en los vestuarios, los insultos, los gestos, los dedos en el ojo ajeno y todo tipo de rencor. Hoy, el niño de 12 años no puede dejarse llevar por los goles de cualquier equipo que no responda a dos únicos nombres, por las rabonas, las chilenas o por cualquier maravilla esculpida con los pies por cualquier jugador, sea o no el primero o el segundo mejor delantero del mundo. Uno de sus programas se emite en horario infantil. Es un programa deportivo, y el deporte es una de las bases fundamentales en la educación de los más pequeños. Sin embargo es un programa que se basa en fomentar el odio entre dos bandos. Que subraya el lado más oscuro del deporte, que lo radicaliza con rumores y argumentos infundados. Es un programa que no ama el fútbol. Lo destruye.

¿Cómo esperamos cerrar las viejas heridas de este país si aprovechamos algo tan inocente como el deporte para crear nuevos bandos? Y lo hacemos, además en horarios de máxima audiencia. Este tipo de «periodismo deportivo» no hace más que alimentar el odio y el enfrentamiento entre sectores que incluso son ajenos a lo deportivo. Citen a su admirado Boskov y recuerden que «fútbol es fútbol». No es política de Estado.

Usted, Pedrerol, tiene ahora mismo una responsabilidad enorme y estoy seguro de que es consciente de ella. Leía hace un rato en Twitter a un usuario que no sabía diferenciar entre «Sálvame» y «Jugones». Además de las evidentes diferencias entre programas (aunque sabemos a qué se refiere), yo subrayaría una en especial. Los espectadores de «Sálvame» no se reunen en estadios de 50.000 personas para enfrentarse entre los partidarios de Kiko Matamoros o Mila Ximénez (he tenido que documentarme, que conste), pero los espectadores de «Jugones» sí se enfrentan a otros aficionados, de manera pacífica, casi siempre. Su programa, lo único que va a conseguir es que la distancia cívica que separa ambos grupos de aficionados cada vez sea más corta. Y me gustaría decir que «algún día lo lamentaremos», pero por desgracia ya lo hemos hecho.

La pelota está en su área, Pedrerol. Sabe hasta dónde ha llegado. Elija bien a sus colaboradores, gradúe la intensidad de su formato, piense quién está delante del televisor y sobre todo disfruten del fútbol.

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Un Comentario

  1. Manrique

    He de reconocer y bien lo saben mis amigos, que he sido MUY futbolero, pero últimamente el negocio del fútbol me ha desilusionado, los horarios y tertulias como estas me han hecho que me pase al baloncesto; y he de reconocer que he ganado con el cambio.

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  3. Anónimo

    Lamentablemente señoras y señores míos esto es lo que vende en este país. Si no ya le habrían quitado de ahí.
    Ya dan igual los colores, los principios, los ideales… solo importa el dinero.

  4. Diego

    Totalmente de acuerdo. Además es un maleducado, a sus propios colaboradores los humilla. Hace tiempo dejé de ver «el chiringuito», la enfermiza obsesión con Casillas, su falta de respeto. Intenta disimular en defensa de los colores de su equipo, pero, es blaugrana hasta la médula. Si el Barça tiene un problema le dedica cinco minutos, si es del Madrid semanas. Me dí de baja de C+ cuando este «señor» empezó a perder la educación y años después me echa de Mega por lo mismo. No aprende.

    • bonsaiariadna

      Va de «Buen Samaritano» y en realidad es lobo/hiena que se felicita azizando el fuego y removiendo las cloacas del deporte de forma partidista.Ver un reportage de un policia de color en EE.UU. apaleando con saña a otro de color me hace ver a Pedrerol haciendo lo mismo con lo que significa «azulgrana». Vete a la televisiòn que estabas antes, estabas entre los de tu misma estirpe.

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